Para que el pueblo recupere el medio ambiente perdido, es necesario limpiar al hombre como se barren las ciudades, básicamente a quienes postulan ser nuestras autoridades, a ellos debemos espulgarlos de la codicia, la ambición, el egoísmo, la mentira, la farsa, la insinceridad, el soborno.
Américo Rodríguez Osorio (09/06/10)
(RevistaHOyC) Llamamos “Día del Medio Ambiente”, a un evento de personas y organizaciones con actividades multicolores, como concentraciones en las calles, competencias de carteles en las escuelas, plantaciones de árboles, campañas de reciclado y de limpieza, pero estas acciones rutinarias que se realizan año a año, permanecen como un día mas de celebraciones, debido a que nuestras autoridades, en su afán de sembrar cemento sobre la tierra se han olvidado de culturizar al pueblo, porque “Medio Ambiente” es comprender la magnificencia de la creación suprema, desparramado en plenitud y al descubierto en el universo, donde los elementos se hallan y se juntan para formar el cuerpo, y se funden con la esencia suprema para hacer vida, en el que el hombre es el clímax de esta singular locura.
Las generaciones de los hombres han disfrutado del medio ambiente en diferente grado de integridad o pureza, en la civilización que conocemos, la conformación de las ciudades con su consecuente crecimiento poblacional, siempre condicionó a la inventiva del hombre a lograr avances tecnológicos en aras del bienestar, la extracción irracional de los recursos naturales, las industrias que eliminan al aire gases de diversa composición, o la masificación del uso de los productos, como el petróleo, los desechos inorgánicos no reciclables y letales que diariamente acumulan las ciudades y que también contaminan las aguas, han ido paulatinamente modificando el medio ambiente, hasta que ahora parece que nos precipitamos a un descalabro sin retorno. Nuestra patria por la insignificante industrialización que tiene, poco aporta al efecto invernadero, que lástima duramente al medio ambiente, pero ello no es justificación para dejar que prosiga igual, tampoco es justificable que nuestra población por ser un país del tercer mundo, con deficiente cultura, continuemos contaminando nuestros suelos, ríos, aire y mar.
Para que el pueblo recupere el medio ambiente perdido, es necesario limpiar al hombre como se barren las ciudades, básicamente a quienes postulan ser nuestras autoridades, a ellos debemos espulgarlos de la codicia, la ambición, el egoísmo, la mentira, la farsa, la insinceridad, el soborno; a los hombres insanos, debemos aislarlos como se deposita la basura en los tachos o contenedores, algunos podrán ser reciclados para otra labor, otros con conciencia delictiva quedarán por siempre aislados por su alto grado de toxicidad, ya que en sus afanes de avaricia, su peste llevaron a su familia y su entorno, infectando a inescrupulosos lacayos. La cleptomanía del diezmo se ha diseminado como Quikuyo en el campo, y el pueblo erradamente permite que sus dineros, a vista y paciencia de todos, se sustraigan descaradamente, a costa de mantener la incultura y la pobreza. Definitivamente, es posible tener un mundo mejor, con un medio ambiente acogedor para la vida, si tenemos gobernantes honestos, que alimenten a nuestro pueblo con valores culturales, como la verdad, la justicia, el honor, la sinceridad, la fe, la honradez, etc.
¡Por la descentralización efectiva de la patria!
¡Por mejores y honestos gobernantes!
¡Viva Ancash!, ¡Viva Huaraz!
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