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jueves, 2 de octubre de 2008

¿Una Falacia en el Monumento al Mariscal Luzuriaga?

“Cita Cumbre en Guayaquil, San Martín, Bolívar y Luzuriaga”
Benjamín Romero Pastor

Engaño, fraude, mentira o simplemente ignorancia, es lo que se registra en el Monumento al Mariscal Toribio de Luzuriaga, al lado sur, en la que se señala con la denominación de “Cita Cumbre en Guayaquil, San Martín, Bolívar y Luzuriaga” un hecho falso, que atenta contra nuestra verdadera historia, que pasó a analizar. Nuestro historiador ancashino, don Manuel Reina 
Loli, al escribir sobre el Gran Mariscal Luzuriaga y su actuación en el Perú; citando al P. Vargas Ugarte, escribe: “La verdad histórica es lenta en manifestarse y en el proceso de su formación tiene muchos puntos de semejanza como el que se observa en las capas geológicas de la corteza terrestre, donde por sedimentación llega un terreno a adquirir su forma definitiva. Cada documento que se descubre, cada una de las investigaciones que se llevan a cabo, contribuyen a depurar los hechos y a convertir el relato en fiel expresión de la realidad”. 
En nuestra plaza principal, recientemente re-reinaugurada, la inscripción que en ella aparece en el monumento de nuestro Mariscal, no se condice con la verdad histórica, pero como permanecerá no se sabe que tiempo, contribuirá a tergiversar la verdadera historia de nuestro pasado y como un elemento dañino, conformar en esas sedimentaciones una falsa historia; por lo que es preciso rectificar para sólo quedar para la posterioridad como una anécdota de las tantas que existen en diversos monumentos en nuestra patria; por lo que nos llama a exponer algunos hechos cronológicos importantes. 
Luzuriaga fue nombrado el 31 de agosto de 1816, Gobernador Intendente y Comandante General de la Provincia de Cuyo, en reemplazo de don José de San Martín, quien había asumido el cargo de Capitán General del Ejército de los Andes, desde cuyo cargo auxilió eficazmente la expedición del Libertador hacia Chile, habiéndole el gobierno argentino autorizado a reemplazar a San Martín si ocurriera alguna eventualidad no prevista. Luego de algo más de tres años presentó su renuncia ante el Cabildo de Cuyo el 17 de enero de 1820, para continuar con las acciones libertarias; a decir del historiador Caracino, Profesor Luis Nolasco, “Al enterarse de su proclama, el Cabildo, se pronunció: Esté Ud. firmemente persuadido que sale de esta provincia por la puerta de la inmortalidad. El Cabildo, justo apreciador de mérito de usted se ve embarazado para corresponder dignamente a las sinceras expresiones con que explica sus nobles sentimientos al partir de acá”.
Mauro Mendoza Alegre, señala ante el apoyo brindado por Luzuriaga “Consumada la independencia de Chile, el gobierno de ese país en agradecimiento al general Luzuriaga, le confirió el grado de Mariscal de Campo de sus Ejércitos y las condecoraciones de la Legión de Mérito”.
Luego de atravesar los Andes e incorporarse al ejército libertador, el 20 de agosto de 1820, se embarcó en Valparaíso con destino al Perú, arribando frente a la histórica bahía de Paracas el 7 de setiembre de 1820; desembarcando al día siguiente gran parte de la expedición libertadora, manteniéndose él vigilante, a bordo, listo para la acción. 
La provincia de Guayaquil, constituía un lugar estratégico para la seguridad colonial, habiendo sido hasta entonces un fuerte arsenal marítimo que pertenecía a nuestro Virreinato, por lo que enterados del arribo de San Martín y la Expedición Libertadora, lanzaron su grito de libertad, nombrando una Junta Gubernativa, quienes se dirigieron a Ancón, solicitándole apoyo al General San Martín, quien envió a los generales Luzuriaga y Tomás Guido, quienes con firmeza, probidad y patriotismo, lograron alejar el peligro y restablecer el orden, permaneciendo en ella desde el 21 de noviembre de 1820, hasta enero de 1821; en que luego de retornar de una campaña a Guayaquil, le esperaba la orden de San Martín de retornar al Perú que necesitaba de sus servicios. 
El 12 de febrero de 1821, San Martín en Huaura, promulgó el Reglamento Provisorio, en la que disponía la creación de 4 departamentos, siendo una de las más importantes por su posición geopolítica Huaylas que integraba los partidos de Huaylas, Cajatambo, Conchucos, Huamalíes y Huanuco, con su capital Huaraz, siendo nombrado el 16 de febrero de 1821, su Presidente, el General Luzuriaga, con la misión de cubrir y apoyar al Ejército Libertador;  permaneciendo en ella hasta 29 de octubre de 1821, en que anuncia la llegada de su sucesor el General Rivadeneyra. El historiador Reina Loli, dice: “… en la independencia no fue el principal problema el cambio de autoridades, la sustitución de los mandatarios de metrópoli por otros gobernantes. La transformación es más trascendente y más íntima, es necesario reemplazar las normas reconocidas y aceptadas para la vida pública, cambiar en el razonamiento individual lo que se estima como verdad filosófica, una transformación íntegra del modo de pensar y de las leyes de conducta”. 
Luego de la Proclama de la Independencia, establecido el Protectorado, se hizo necesario establecer vínculos con las naciones vecinas, por lo que el 28 de Noviembre de 1821, se nombra a Luzuriaga como Agente Diplomático, ante el Gobierno y Congreso de las Provincias Unidas a fin de conseguir apoyo y que las fuerzas militares incursionen por la frontera del Alto Perú,  embarcándose el 13 de diciembre rumbo a Talcahuano, para trasladarse después a Buenos Aires llegando el 25 de Mayo de 1822, encontrando el país convulsionado por la guerra civil entre unitarios y federales; por su lado San Martín viaja a Guayaquil a entrevistarse con Bolívar, en la que lógicamente no estuvo presente Luzuriaga, en la entrevista entre los dos colosos de la independencia de Sudamérica; encuentro que es conocido como la “Entrevista de Guayaquil”, mas no como se señala con el término de moda de este año “Cita Cumbre en Guayaquil”; en la que los dos grandes protagonistas hablaron de la situación de las nuevas naciones que estaban surgiendo, se trató de la situación general del continente americano, del futuro régimen de Perú y de la situación concreta de Guayaquil, que dudaba entre mantener la independencia, incorporarse a Perú o integrarse en la Gran Colombia, como al final ocurrió. San Martín al no contar con el apoyo de la burguesía limeña, que se sublevó, optó por convocar al Congreso y renunciar al mando en setiembre de 1822, Luzuriaga en tierras argentinas enterado de estos acontecimientos y cancelado en el cargo que desempeñaba, decide retirarse a la vida privada junto a su familia y víctima del caudillaje es reducido a la pobreza en el ocaso de su vida, sin poder regresar nunca más a su querido terruño. 
Corresponde a nuestras autoridades enmendar el error y velar por que la historia se escriba sin tergiversaciones para honor del pueblo huaracino.