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sábado, 28 de enero de 2017

Apra suspende militancia de Enrique Cornejo

El dirigente aprista Rafael Torrau aclara que la suspensión de la militancia de Enrique Cornejo no procede en este momento, pues el partido ya convocó a elecciones internas para mayo, y los candidatos, como el exministro, gozan de “garantía electoral”, es decir, no pueden restringir sus derechos partidarios.
El exministro de Transportes y Comunicaciones (MTC) Enrique Cornejo afronta un mo­mento muy adverso den­tro de su partido. Y es que el Tribunal de Ética y…
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martes, 24 de enero de 2017

El Comercio Editorial: Ecos de Hamelín

Martes 24 Enero del 2017.


Lo que Alan García no parece preguntarse es cómo así aquellos que él llama ‘ratas’ se aproximaron a su administración.

La detención a fines de la semana pasada del ex presidente del Comité de Licitación del metro de Lima, Edwin Luyo, y el allanamiento de la vivienda del ex viceministro de Comunicaciones Jorge Cuba Hidalgo –funcionarios del segundo gobierno aprista investigados por las coimas que la empresa Odebrecht pagó en nuestro país para ganar licitaciones– merecieron rápidamente un comentario de parte del ex presidente Alan García.

En su cuenta de Twitter, efectivamente, el ex mandatario colgó un mensaje que decía: “Muy bien la Fiscalía de la Nación. A la cárcel. Ratas como esas ensucian grandes obras que sirven al pueblo”. Una comunicación en la que resaltaba la expresión ‘ratas’, de una dureza infrecuente en el discurso de García.

No se trata, sin embargo, de la primera vez que él acude a esa áspera figura. Como se recuerda, en el 2008, al destaparse el caso de los llamados ‘petroaudios’ mientras él era jefe de Estado, aludió también a Rómulo León Alegría y a Alberto Quimper con ella. 

“Consideramos gravísimo que un funcionario público traicione la confianza del Estado y del país, y pueda coludirse con lobbistas repartiéndose comisiones. La mejor manera de responder a estas barbaridades y a estas ratas es actuando de inmediato y logrando que se pueda depurar nuestro gobierno y nuestro Estado de cualquier acto de corrupción”, sentenció la noche misma en que se desató el escándalo. En ese entonces Quimper era miembro del directorio de Perú-Petro y el lobbista al que se refería (aunque luego intentó negarlo) era, con toda probabilidad, León Alegría.

De más está decir que la dureza de la expresión da la impresión de ser directamente proporcional a la distancia que quería tomar de personajes que enturbiaron su última gestión. Pero llama la atención que, por ese mismo camino, García no se pregunte cómo así aquellos que él llama ‘ratas’ acabaron aproximándose a su administración.

¿Es que acaso se sintieron atraídos hacia ella por una tonada misteriosa, como en el famoso cuento del flautista de Hamelín, o existía en la forma de tomar decisiones de la misma algún ingrediente que proveyese el contexto ideal para las conductas dolosas?

Quizás el recuerdo de cómo se adoptó en el gobierno aprista la resolución de asumir el proyecto del metro de Lima –ocasión de las coimas que han motivado la detención de Luyo y la persecución de Cuba– arroje luces al respecto.

Como da cuenta un reciente informe de la unidad de investigación de El Comercio, el 19 de febrero del 2009, por la mañana, el entonces presidente Alan García viajó al Cusco con su ministro de Transportes, Enrique Cornejo, para inaugurar un tramo de la Interoceánica del sur. El representante de Odebrecht en el Perú, Jorge Barata, viajó con ellos. Por la noche, el mandatario convocó a una sesión extraordinaria del Consejo de Ministros donde se dio forma al Decreto de Urgencia 032, que le permitió al gobierno hacerse cargo de lo que originalmente estaba en manos de la Municipalidad Metropolitana. 

Al día siguiente, se firmó el convenio con esta última para oficializar la intervención del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) en la operación. El 28 del mismo mes se publicó el decreto de urgencia que disponía que el MTC ejecutase las obras del tramo 1 del metro. Meses más tarde, se firmó, finalmente, el contrato entre el MTC y el Consorcio Tren Eléctrico Lima (integrado por Odebrecht y Graña y Montero).

Según la contraloría, el resultado de este expeditivo procedimiento e irregulares gastos adicionales fue un perjuicio para el Estado de US$111 millones, lo que derivó en la atribución de responsabilidades administrativas y penales a una variedad de funcionarios comprometidos con los trabajos.
¿Puede alguien legítimamente extrañarse de que las ‘ratas’ se sintiesen eventualmente convocadas por un modus operandi semejante, donde la urgencia concedía márgenes insólitos a la discrecionalidad de los funcionarios?
En esta página pensamos que no. Y que, más allá de las responsabilidades políticas que entraña cada uno de los nombramientos que hicieron posible esta corrupción, los ecos de la vieja tonada de Hamelín que ella evoca todavía tienen que ser plenamente descifrados.

martes, 17 de enero de 2017

Dirsse Valverde, el hombre de Odebrecht en Áncash

El Comercio
El nombre de Dirsse Valverde ha cobrado una inusitada actualidad. Lo último que se supo de él fue que fugó del país en el 2014, dos días antes de que el juez Richard Concepción Carhuancho le dicte prisión preventiva  por ser uno de los miembros más destacados de la presunta red criminal que montó César Álvarez en Áncash (Caso “La Centralita”). 

Dirsse Valverde fue sindicado, en ese entonces, por la fiscalía como el “cajero” de esta presunta organización criimnal, el “testaferro”, el “enlace” con las grandes constructoras. Pero, sobre todo, Dirsee Valverde ha sido señalado como el “hombre de Odebrecht” en Áncash. 

¿Quién es Dirsse Valverde Varas? 
Hace dos años, El Comercio dio cuenta de que el ex congresista Omar Chehade fue su abogado en el 2010, en un proceso por enriquecimiento ilícito. Valverde vivía en el mismo edificio que Chehade en Magdalena. El Caso “La Centralita” aún no había empezado.  
Dirsse Valverde fue subgerente de obras del Gobierno Regional de Áncash (2007-2008). Tanta era la confianza que tenía con Álvarez, que lo hizo padrino de su matrimonio.

La investigación seguida por el fiscal Elmer Chirre contra funcionarios públicos del Gobierno Regional de Áncash, entre ellos, César Álvarez y Dirsse Valverde, por los delitos de peculado, asociación ilícita para delinquir y otros, cometidos en el periodo 2007-2014.
Se les acusa de participar de una organización constituida con fines delictivos, con el objetivo de utilizar fondos públicos y dinero proveniente de los denominados "diezmos" cobrados a distintas empresas para que se les favorezca con la buena pro de obras a desarrollarse en Áncash.

De esta forma, según como lo ha determinado también la Procuraduría Anticorrupción, el dinero obtenido a través de los "diezmos" servía para el sostenimiento y subvención de todos los aparatos que conformaban esta organización criminal y otras actividades ilícitas que realizaban.

— El cajero de la capital —
Dirsse Valverde se habría encargado de recaudar el dinero de las empresas, las coimas que pagaban las compañías para obtener la buena pro en las licitaciones públicas que se efectuban en Áncash. La hipótesis de la fiscalía es que Valverde era el que se encargaba “de las grandes obras”
Pero para efectuar mejor su tarea, este operador no se encontraba en Áncash, sino estaba "destacado" en Lima para encargarse de los negocios más grandes con las empresas extranjeras. Una de ellas es la que está en la mira de todas las fiscalías de Latinoamérica: Odebrecht.  

Fuentes de la fiscalía precisaron que se presume que Valverde Varas era el enlace entre la constructora brasileña y Álvarez. Eran años en que esta presunta organización criminal gozaba de impunidad, y tenía un objetivo claro: que César Álvarez se convierta en el próximo presidente.
El rol de Valverde, entonces, era el de "cerrar" negocios en la capital que ayudarían a montar la maquinaria propagandística de Álvarez. 

— La obra —
Como precisamos, entre el 2007 y el 2008, Valverde Varas fue gerente regional de Infraestructura en el Gobierno Regional de Áncash, puesto clave para encargarse de las grandes obras en la región. En ese mismo periodo de tiempo, según su movimiento migratorio, el ex funcionario -quien es uno de los 40 procesados por el Caso La Centralita- viajó a Brasil.
Lo extraño llega dos años después. Lo extraño y lo que confirmaría la hipótesis de la fiscalía: que él era el nexo entre la empresa brasileña y César Álvarez. El hombre de Odebrecht en Áncash. 

El 30 de noviembre del 2010 se otorgó la buena pro de la Carretera Callejón de Huaylas-Chacas-San Luis al Consorcio Vial Carhuaz-San Luis. ¿Quién lo conformaba? Las empresas Constructora Norberto Odebrecht y Odebrecht Perú Ingeniería y Construcción. El valor de esta obra era de 404' 826,001.09 soles

Si bien Valverde Varas renunció en noviembre del 2008, se han detectado pagos de la constructora brasileña- que ha confesado pagar US$29 millones en sobornos a funcionarios peruanos para obtener obras- al ex funcionario, poco tiempo antes y después de que Odebrecht se adjudique esta carrera en Áncash. 

Entre el 2010 y el 2013 -en esos cuatro años- la empresa Odebrecht, sola o en consorcio, le pagó a Dirsse Valverde un total de S/ 577,333.34. 
Los conceptos de estos pagos, hechos a través de recibos por honorarios, son por servicios de consultoría o conceptos de "verificación de la ingenería" de determinadas obras de la constructora. 

El fiscal supraprovincial Hamilton Castro investiga preliminarmente a la empresa brasileña y cómo funcionó el sistema de pago de coimas en el Perú. En agosto del 2016, el entonces procurador anticorrupción Joel Segura le solicitó que amplíe investigación contra Dirsse Valverde. 

La lista de nombres de los funcionarios sobornados por Odebrecht aún es desconocida. Pero, quizás, deberíamos recordar este nombre.