Causa libertadora, clamor, esperanza, anhelo perseguido por los pueblos sojuzgados y Toribio de Luzuriaga, perteneciendo a este pueblo no dudo en enrolarse en el ejercito libertador, participando en la lucha contra el enemigo opresor.
Américo Rodríguez Osorio (16/04/10)
Singular orgullo hinche los corazones de los Ancashinos y especialmente de los Huaracinos, cuando en cualquier lugar del continente sudamericano se pronuncia con especial reconocimiento el nombre de este gran militar, paisano nuestro, quién junto al generalísimo José de San Martín, puso su vida al servicio de la causa libertadora de nuestra gran patria sudamericana.
Causa libertadora, clamor, esperanza, anhelo perseguido por los pueblos sojuzgados y Toribio de Luzuriaga, perteneciendo a este pueblo no dudo en enrolarse en el ejercito libertador, participando en la lucha contra el enemigo opresor.
Estos párrafos no tratan de resaltar sus excelentes cualidades de militar, sino la calidad de singular hombre que fue, la profundidad de sus sentimientos, la grandeza de su ser, la pureza de su alma, que comprendiendo la desgracia que por centurias arrastraba cadenas su sojuzgado pueblo, explotado por el desalmado conquistador, golpes de sufrimiento ensangrentaron sus ojos, lagrimas de dolor por el padecer de la raza aclararon su visión, la diferencia de armas para enfrentar al opresor podría haber quebrado a un dubitativo militar, pero los gritos de dolor cual carbón incandescente forjaron como hierro candente su carácter libertador y no dudo en estar en las primeras filas por la libertad.
Es conocido que en esa época, cuando con sangre y fuego se luchaba por la libertad, también habían quienes preferían seguir con el opresor en la comodidad traicionera al pueblo, recibiendo a cambio de ello las migajas de la mesa de traición.
Actualmente en aire de libertad, también tenemos este tipo de gente, donde las migajas de traición les facilita entrar a su servicio, pactando acuerdos para despojar al pueblo de su heredad, para despojar al pueblo de su cultura y costumbres, para despojar al pueblo de sus organizaciones y autoridad, para quitarles la propia esencia de ser.
En estas próximas elecciones, haciendo honor a Toribio de Luzuriaga, tenemos que enfrentar a la traición y la corrupción, cuyas campañas las efectuarán con los dineros sustraídos al pueblo, a ellos debemos decirles basta ya, ésta ves no pasarán.
¡Por honestos gobernantes!,
¡Por la descentralización efectiva de la patria!,
¡Viva Ancash!, ¡Viva Huaraz!
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