Falta más, indudablemente.
Por: Juan Paredes Castro
1. Afanados en buscar votos, los partidos están perdiendo militantes y representación. Si nuestra democracia tiene que basarse en un sistema de partidos, ¿qué tienen que hacer estos que no han hecho hasta hoy? Incrementar el número y la calidad de sus militantes.
2. Con vistas a las elecciones del 2010 y 2011 muchos candidatos deben tener cuidado de no ser vistos y usados solo como carretas de quienes buscan llegar a cualquier esquina del poder, justificando todos los medios.
3. El presidente Alan García todavía tiene la oportunidad de innovar algunos puestos claves del Gobierno Central, convirtiendo los hoy viceministerios (puestos políticos de confianza) en gerencias sectoriales (puestos técnicos de carrera) para dinamizar la gestión de las enormes estructuras burocráticas que en muchas reparticiones parecen parques jurásicos.
4. El presidente del Congreso, Luis Alva Castro, se comprometió a sacar adelante algunas reformas constitucionales vitales para el funcionamiento del sistema democrático. Lamentablemente, en lo que va de su gestión hay más escepticismo que optimismo por proyectar. Sin embargo, es la gran tarea pendiente respecto de la cual la negligencia y la mezquindad de los partidos es mayor, de cara a la democracia distinta y superior que todos queremos ver.
5. La lucha anticorrupción no la puede librar un zar ni una zarina, sino la alianza firme de la contraloría, de las procuradurías, de la fiscalía, de la justicia y de la Superintendencia de Inteligencia Financiera. Póngasele ruedas a esta alianza y podrá verse más de un alentador cambio.
6. El Gobierno del país es unitario como el Estado es indivisible. Bajo esta premisa constitucional los gobiernos regionales y los municipios no pueden ser islas de anarquía económica y financiera como lo son hoy. Hace falta establecer un nuevo orden fiscal en el ámbito de la descentralización del país.
7. La separación en la práctica de los roles del jefe de Estado (presidente de la República) y jefe de Gobierno (primer ministro) sigue siendo indispensable para la gestión de la más alta magistratura del país. Algún grano de arena ya se ha puesto en ello. Falta más, indudablemente.
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