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martes, 27 de abril de 2010

La vida no vale nada

Veamos: estos vehículos de transporte público carecen de cinturones de seguridad y si los llevan no los usan, salvo, un pasajero de la primera fila. Tras del asiento del chofer improvisan una banca en la cual sientan 4 o 5 pasajeros. Regularmente, hay personas que viajan de pie, como consecuencia un Vehículo fabricado para llevar 14 personas resulta transportando más de 20.
Carlos López González
Esta semana, la Defensoría del Pueblo dio a conocer un informe que señala que en los últimos 10 años, en nuestro país, murieron 35. 410 personas y 420.000 resultaron heridas debido a diversos accidentes de tránsito. Sólo el 2009 la cifra de muertos alcanzó, a nivel nacional, 3.243 personas en 86.026 accidentes vehiculares. Según este informe, los vehículos con mayor incidencia de accidentes son las camionetas rurales, denominadas “microbuses” o “combis”. La Organización Mundial de la Salud estima que la falta de educación vial, el mal estado de las carreteras y la ausencia de conciencia cívica son las causas de estos lamentables hechos.

En nuestro medio, el transporte público que cubre las rutas que unen la ciudad de Huaraz con las ciudades del Callejón de Huaylas: por el norte (Carhuaz, Yungay, Caraz y Huallanca) y por el sur (Recuay, Ticapampa y Catac); además de las que prestan servicios a las zonas rurales de la periferia, usa camionetas rurales.

Justamente los vehículos más proclives a sufrir accidentes, y si a ello le sumamos que los que circulan en nuestras rutas, en su mayoría, se encuentran en pésimo estado de conservación, incumplen elementales normas de tránsito y se movilizan a velocidades excesivas. Cualquier cosa puede pasar.

Veamos: estos vehículos de transporte público carecen de cinturones de seguridad y si los llevan no los usan, salvo, un pasajero de la primera fila. Tras del asiento del chofer improvisan una banca en la cual sientan 4 o 5 pasajeros. Regularmente, hay personas que viajan de pie, como consecuencia un Vehículo fabricado para llevar 14 personas resulta transportando más de 20.

No siempre funcionan adecuadamente las puertas y en algunoscasos las plumillas van de adorno. La relación de pasajeros que con rigurosidad entrega el ayudante del chofer al puesto de control policial que existe en la ruta, no consigna el verdadero número de pasajeros que se transportan, y el adusto policía que recibe tal relación no se afana en chequear lo que sucede al interior de la “combi”.

Por ejemplo, la línea de “microbuses” que tiene como paradero inicial el malecón sur del río Quilcay, y que cubre la ruta, Huaraz, Caraz, Huaraz transporta, diariamente, más de seis mil personas. Se trata de 200 “microbuses” o “combis”, que entre las cuatro de la mañana y nueve de la noche, unen, dos veces al día, los 55 kilómetros que, aproximadamente, separan ambas ciudades.

Estos vehículos obligatoriamente pasan por el Puesto Policial del
Centro Poblado de Monterrey. Nos preguntamos: en tales circunstancias la policía no se percata, entre otras cosas, ¿del mal estado de estos vehículos? ¿De la antirreglamentaria banca adosada a la parte posterior del asiento del chofer? ¿Del exceso de pasajeros?
Por otro lado, cada “combi”, de esta misma línea, para salir de Huaraz estaría pagando al municipio provincial de esta ciudad dos
Nuevos Soles (doscientas “combis” por día, le permitiría, al municipio huaracino, recaudar, al mes, doce mil soles). Otro tanto debe percibir el Municipio de Caraz, en el mismo período.

¿Qué hacen estos municipios para ordenar este servicio? ¡Nada!, salvo cobrar un tributo, además cuestionable.

Son responsables del control del transporte público: los Municipios, el Ministerio deTransportes y Comunicaciones (MTC) y la Policía Nacional del Perú. Reclamamos, entonces, menos indolencia y algún interés por este tema de parte de los alcaldes provinciales del Callejón de Huaylas.

Que la dirección de Transportes y Comunicaciones de la región cumpla, a secas, con las responsabilidades que tiene asignadas como ente rector en transporte. Que los puestos de la Policía Nacional ubicados, en estas rutas, ejerzan un riguroso control sobre estos vehículos y que, la Policía de Carreteras, por favor, actúe drásticamente con quienes no respetan sus propias vidas, tanto peor las miles de vidas que transportan.

Recordemos: los primeros días del mes de enero de 2010, a la altura del puente Balta, en la jurisdicción del distrito de Huallanca, provincia de Huaylas-Caraz, una camioneta rural de transporte público se precipito al río Santa y dejó como saldo catorce muertos y dos heridos de gravedad. ¿Quién responde por ello?
Hz., abril de 2010

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