Reflexione Antes De Informarse De Sus Cifras
Lo que resta es dudar de esas cifras, adoptar una actitud crítica y básicamente no sugestionarse y apostar hasta el final por el candidato de su conciencia, el que le convenza con sus propuestas y no por la imposición de estas encuestadoras y de algunos medios de comunicación.
Creer en los sondeos de las empresas encuestadoras es un riesgo en países como el Perú, donde el aparato mercantilista de los candidatos a autoridades locales, regionales o nacionales, puede hacer sucumbir los principios de moralidad con prácticas que incluyen desde contracampañas al candidato opositor, difamaciones variopintas (hoy está de moda inventarles hijos a los candidatos, aunque a veces estas acusaciones resultan ciertas), y por supuesto, la aparición de encuestas salvadoras para unos y lapidantes para otros.
De alguna manera estas encuestadoras sí manipulan a la opinión pública pues buscan afectar el ánimo del votante para direccionar su voto a favor de tal o cual candidato, con clara tendencia a salvaguardar sus intereses económicos -una excepción podrían ser las que técnicamente son manejadas por las universidades. Esos intereses se evidencian cuando las preguntas son inducidas, es decir con respuestas preestablecidas tendientes a desprestigiar a un personaje o institución.
No olvidemos que durante el régimen del oprobio, el de Fujimori y Montesinos, estas encuestadoras formaron parte del aparato político de dominación psicosocial que ambos requerían para perpetuarse en el poder. Mentían elevando las cifras de respaldo al gobierno para luego, estratégicamente, bajarlas en épocas de menor euforia y volver a subirlas en los momentos determinantes para el corrupto régimen. La más clara muestra de cómo se vendieron a la autocracia fujimorista ocurrió el 9 de abril del 2000, luego de que el pueblo apoyara por mayoría la candidatura presidencial de Alejandro Toledo. Fueron tres encuestadoras las que informaron, con datos a boca de urna, que Toledo era el ganador. Datum, Apoyo y CPI. Pero como la ONPE de José "papelito manda" Portillo después ofreció unos resultados diferentes en los que Fujimori era "el claro vencedor", las tres empresas ensayaron una justificación tan torpe como inverosímil: dijeron que a las tres los encuestados les mintieron, una cuestión estadísticamente imposible, y más aún porque las diferencias entre sus cifras con las de la ONPE eran significativas y el margen de error pequeño.
No sugestionarse con sus resultados
No pretendemos que se supriman las encuestas, eso sería atentar contra el estado de derecho. Pero sí queremos advertir de sus perniciosas consecuencias en un país con escasa cultura electoral y democrática. Y sobre todo en nuestra región Ancash donde el dinero del canon minero despierta una inusitada vocación "altruista" en tantos candidatos a los gobiernos regional y municipales, pero a su vez un sin número de denuncias por corrupción.
Según el último sondeo de Idice efectuado del 28 al 30 de abril, las preferencias para la presidencia regional de Ancash son como siguen: César Álvarez lidera con 34%, seguido de Guzmán Aguirre con 9,1%; Juan Valdivia Romero con 8,3%; Waldo Ríos Salcedo con 3,1%; Edward Vizcarra con 2,9%; Ricardo Narváez con 1,6%, otros 0,9%, Ninguno con 11,5%, No sabe no opina con 25,7%. Qué curioso, los tres primeros son chimbotanos. Qué raro, los cuatro primeros tienen antecedentes penales o afrontan procesos judiciales. O algo no anda bien en la cabeza de los ancashinos o como dijo Narváez Soto, la compra de encuestas ya comenzó, y ha empezado bien feo.
Lo que resta es dudar de esas cifras, adoptar una actitud crítica y básicamente no sugestionarse y apostar hasta el final por el candidato de su conciencia, el que le convenza con sus propuestas y no por la imposición de estas encuestadoras y de algunos medios de comunicación.
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