El canadiense John Lamorie y su esposa taiwanesa Shelly Wu utilizaron más de 1.000 kilos de periódicos, muchos de los cuales fueron entregados por estudiantes a cambio de puntos para una clase, con los que construyeron la pequeña escuela de 75 metros cuadrados.
TAIPEI (Reuters) - Una pareja con conciencia ecológica abrió una pequeña escuela en Taiwán, construida con un material fabricado en base a periódicos que fueron procesados en una licuadora casera, según relató el arquitecto jefe del proyecto.
El canadiense John Lamorie y su esposa taiwanesa Shelly Wu utilizaron más de 1.000 kilos de periódicos, muchos de los cuales fueron entregados por estudiantes a cambio de puntos para una clase, con los que construyeron la pequeña escuela de 75 metros cuadrados.
"Estoy muy en la onda de lo que siento por el medio ambiente, especialmente de reutilizar cosas", expresó Lamorie, de 59 años y ex inspector de edificaciones. "Es algo que siempre ha estado en mi, un remanente de mis días de hippie", agregó.
El proyecto tardó cerca de un año en ser completado y el colegio tiene previsto abrir a tiempo mientras las noticias sobre su inusual método de construcción se propagan por el área rural del condado de Pingtung, en el sur de Taiwán en donde viven Lamorie y Wu.
Tras tomar la idea de amigos que los visitaron, Lamorie explicó que construyó la procesadora para el papel utilizando una camioneta con plataforma de carga y la cuchilla de una cortadora de pasto.
En su interior introdujo periódicos, agua y cemento para formar una sustancia a la que llamó "papelcreto" y que es la columna vertebral de las paredes de seis pulgadas de ancho de su escuela.
"Básicamente es como una licuadora gigante", explicó, refiriéndose a la herramienta con que trituró los papeles.
Estudiantes colaboraron con cerca de la mitad de los periódicos utilizados para el proyecto a cambio de "tarjetas de premios", agregó Lamorie.
El papelcreto, a pesar de que fue patentado en 1928, sigue estando fuera de los materiales de construcción más utilizados. Su uso puede llegar a requerir gran cantidad de mano de obra y además es difícil de utilizar, pero representa una alternativa menos perjudicial para el medio ambiente.
Los muros de la pequeña escuela están cubiertos con una capa de silicona para evitar el daño causado por la lluvia. La instalación tiene cabida para cerca de 16 estudiantes.
Ahora Lamorie y Wu están construyendo un restaurante a base de papel en donde planean cocinar pizzas.
(Reporte de Ralph Jennings; Editado en español por Gabriela Donoso)
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