Un gran saludo a los hombres y mujeres valientes que no se venden ni cambian su conciencia ni su posición. ¡Ferviente saludo!
Gracias.
Francisco Rodriguez R.
Quienes ven amenazados sus intereses. Inclusive, el Congreso interviene para exigir “transparencia”, pues principalmente son los congresistas los más observados por el ojo crítico del periodista ágil y locuaz.
Estoy muy interesado en el progreso y avance del periodismo, después de haber dejado parte de mi vida en esa profesión, la recuerdo como una noble profesión de inigualable importancia por su influencia. Joseph Pulitzer El periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto.
Francisco Umbral
GLORIFICAR a un periodista es cosa extraordinaria para muchos peruanos con “poder”. Pocas veces querido, escasamente galardonado, respetado en apariencia; innumerables calificativos reciben nuestros periodistas de parte de quienes ven amenazados sus intereses. Inclusive, el Congreso interviene para exigir “transparencia”, pues principalmente son los congresistas los más observados por el ojo crítico del periodista ágil y locuaz.
Por el contrario, a favor de los intereses de los “grupos de poder”, no solo somos bienvenidos, se nos busca con muchas expectativas, pero con el típico trato de “quien se vende a bajo precio”. Y ciertamente, ésta es nuestra realidad en muchas de nuestras provincias. En ellas, muchos de nuestros periodistas no conservan la dignidad, la ética, la pierden en el camino por llevar un pan a la boca. Ser periodista tiene una alta carga de negativa reputación. Después de todo, es preferible infundir temor, y nuestros servicios están “en oferta” al mejor postor, quien a modo de “mecenas” nos ayudarían a sobrevivir. Huaraz, por supuesto, no es ajena a esta situación. Todo el período de largo “gobierno” de Alberto Fujimori es ejemplo de ello.
Gracias.
Francisco Rodriguez R.
Estoy muy interesado en el progreso y avance del periodismo, después de haber dejado parte de mi vida en esa profesión, la recuerdo como una noble profesión de inigualable importancia por su influencia. Joseph Pulitzer El periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto.
Francisco Umbral
GLORIFICAR a un periodista es cosa extraordinaria para muchos peruanos con “poder”. Pocas veces querido, escasamente galardonado, respetado en apariencia; innumerables calificativos reciben nuestros periodistas de parte de quienes ven amenazados sus intereses. Inclusive, el Congreso interviene para exigir “transparencia”, pues principalmente son los congresistas los más observados por el ojo crítico del periodista ágil y locuaz.
Por el contrario, a favor de los intereses de los “grupos de poder”, no solo somos bienvenidos, se nos busca con muchas expectativas, pero con el típico trato de “quien se vende a bajo precio”. Y ciertamente, ésta es nuestra realidad en muchas de nuestras provincias. En ellas, muchos de nuestros periodistas no conservan la dignidad, la ética, la pierden en el camino por llevar un pan a la boca. Ser periodista tiene una alta carga de negativa reputación. Después de todo, es preferible infundir temor, y nuestros servicios están “en oferta” al mejor postor, quien a modo de “mecenas” nos ayudarían a sobrevivir. Huaraz, por supuesto, no es ajena a esta situación. Todo el período de largo “gobierno” de Alberto Fujimori es ejemplo de ello.
Un periodista es aquél que ejerce el periodismo, haya sido educado en ello o no. El periodismo es la captación y el tratamiento escrito, oral, visual o gráfico, de la información en sus diversas formas. Nuestra actividad profesional consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar, información que refiere a la actualidad. Para realizar esta tarea, consultamos fuentes verificables o recurrimos a nuestro propio testimonio de los hechos.
Se reconoce el Día del Periodista Peruano durante el gobierno del General Manuel Apolinario Odría, un 1º de octubre de 1953. Se instituye nuestro día mediante Decreto Supremo 2521 y se convierte en la Ley 25001, el 21 de enero de 1989, durante el primer gobierno del actual presidente Alan García Pérez.
Un 1º de octubre apareció el Diario de Lima, primer diario del Perú y América, fundado por Jaime Bausate y Mesa (en realidad Francisco Antonio Cabello y Mesa), personaje excepcionalmente orgulloso que tuvo que exiliarse a Francia en 1813 por afrancesado, pero también periodista que empezó en el Diario de Madrid antes de crear el Diario de Lima. También, un 1º de octubre de 1980 por Ley 23221 se crea el Colegio de Periodistas.
Y si se preguntan cuál fue el primer periódico en el mundo, este fue el “Acta Diurna” que Julio César colocó en el foro romano en el año 59 AC, a modo de boletín informativo con los acontecimientos oficiales del gobierno. César (emperador romano) añadió además, el Acta Senatus, un boletín privado con los acontecimientos del Senado. De esta forma, las noticias del gobierno podían ser revisadas por un público en general.
Se dice que ningún periodista es realmente “amigo” de alguien. Si nos vemos honestamente, no tenemos por qué representar ajenos intereses que no correspondan a la verdad y a la justicia. Y si se nos quiere como “amigos”, tal amistad debe darse en tiempos de “paz” y no de “guerra”. Nada más reprochable que buscarnos para escapar de una crisis mortal, tengan por seguro que seremos los primeros en empujarlos al abismo.
Para ser periodista hay que amar el riesgo. Esta profesión no se hizo para temerosos, requiere de coraje, iniciativa, creatividad, buen sentido de la oportunidad, nobleza de corazón y la firme convicción de que su labor puede orientar y dar luz en medio de la oscura confusión que muchas veces gobierna en nuestra sociedad. Aunque esquivo “el pueblo” en reconocer esta sacrificada tarea, el periodista leal a sus principios y a su compromiso, no se deja vencer por la ignorancia, ni la pasiva y lenta justicia que le juzga sin piedad.
Saludo a todos aquellos periodistas que defienden esta noble labor día con día, con el ahínco de quien persigue develar los misterios para ayudar a construir una sociedad más justa, con la pasión que les permite afrontar con fe todo encuentro y desencuentro con los intereses de grupo a quienes estorbarán más de una vez.
Recordemos siempre que todas las personas son consumidoras de periodismo. Somos mucho más que necesarios en la vida de nuestro Perú. ¡Vivan las mujeres y hombres honestos de prensa!
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