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domingo, 9 de agosto de 2009

Construyen donde aluvión sepultó a 4.000 pobladores

EN HUARAZ CRECEN ZONAS URBANAS EN TERRENOS VULNERABLES

No aprenden la lección

elcomercio.com.pe Domingo 09 de agosto de 2009

HUARAZ . En pocos segundos, una masa incontenible de nieve, roca, lodo y agua se formó en la laguna Palcacocha, a 25 kilómetros al norte de Huaraz. Eran las 6:45 a.m. del 13 de diciembre de 1941. En tres minutos el aluvión, con su aterrador estruendo, que se precipitaba a 300 kilómetros por hora, bajó a la ciudad por la quebrada Quilcayhuanca. En seis minutos, la masa de 4 millones de metros cúbicos había sepultado la tercera parte de la capital ancashina. Debajo de la desolación blanquecina quedaron cuatro mil habitantes. La naturaleza no les dio tiempo para reaccionar.

Eugenia Cea recrea esas imágenes al salir de su casa ubicada en la naciente del río Quilcay, en la unión del afluente Paria con el Auqui. Moqueguana de 50 años, vive desde hace cinco en el camino que tomó aquel aluvión al entrar a la ciudad. Eugenia piensa que algún día esas imágenes serán reales. “Moriremos, pues, pero ahora tenemos un techo bajo el cual vivir”, replica. Dice no tener miedo, pero su desenfado lleva algo de zozobra. La naturaleza les ha dado siete décadas para aprender la lección.

Aunque la advertencia debe ser tomada en cuenta por los moradores, las autoridades continúan permitiendo las construcciones en esta zona. El alcalde provincial de Huaraz, Lombardo Mautino, indica que estas edificaciones son ilegales. Sin embargo, la municipalidad continúa cobrando arbitrios a los moradores de la zona.

Mautino aclara que tiene un proyecto de reforestación en estas vertientes, donde aislará 50 metros a cada lado para construir un parque ecológico. “Este tendrá, además, un plan de reubicación”, indica. El costo será de 100 millones de soles. Para Erick Mautino, gerente regional de Recursos Naturales de Áncash, esta zona debería tener márgenes de al menos 100 metros a cada lado. Por otro lado, el proyecto del alcalde aún se encuentra en etapa de viabilización. Es decir, aún no es seguro que se ejecute.

MÁS PROBLEMAS

La ciudad de Huaraz no solo adolece de falta de prevención en los cauces de las quebradas. Su característica principal es su suelo arcilloso. “Este debería tener construcciones de solo dos pisos , por ser una zona altamente sísmica”, subraya Erik Mautino. Sin embargo, el plan urbano de la ciudad permite construcciones de cinco niveles. “Incluso, en el centro de la ciudad, donde se sufre más de este problema de suelos, se ha edificado el hotel La Joya, que tiene ocho pisos”, alerta.

El alcalde Mautino asegura que esta edificación es ilegal, pero no ha detenido su funcionamiento. “El caso se encuentra en el Poder Judicial”, se excusa. Pero anuncia que en la zonificación de este año se considerarán construcciones de ocho pisos.

MONITOREO EN LO ALTO

Pero no todo es negligencia en Huaraz. La unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua se encarga de monitorear las más de 600 lagunas que existen en la Cordillera Blanca y las 157 que tiene la Cordillera Negra.

Marco Zapata, ingeniero jefe de la oficina, comenta que desde 1942 se realizan obras de contención en las lagunas que rodean Huaraz y otras ciudades de la Cordillera Blanca. “Son muros de piedra y cemento que refuerzan los diques naturales que fácilmente se debilitan ante la caída de parte de un nevado”, dice. Además, en las 22 lagunas que amenazan a la capital ancashina se ha implementado un sistema de drenaje para evacuar el excedente de agua de estos reservorios glaciares.

Para Zapata, el panorama de un posible aluvión no es tan crítico. “Por las inspecciones en las lagunas y el retroceso de los glaciares, creo que el riesgo no es el mismo de antes”, asevera. Pero agrega que la naturaleza es impredecible. “Si un gran sismo de 8 grados o más afecta la ciudad, no se puede saber cuánto hielo pueda desprenderse y crear un volumen en las lagunas que rebalse los muros de 8 metros”, advierte.

Erick Mautino resalta que la laguna Palcacocha podría volver a cubrir parte de Huaraz si no se toman medidas de reubicación. “En seis minutos llegaría una avalancha de dos metros de altura. La zona del río Quilcay no es habitable. Los alcaldes deberían ponerse fuertes con este tema”, enfatiza.

Estas cifras continúan rondando la mente tanto de Eugenia como de las 41 familias que viven en la urbanización San José, una de las que se encuentran en esta trampa natural. Se queja por su vecino, que vive mirando al río Auqui, porque su casa se inunda ante cualquier leve alza del caudal. Reclama que en la comuna de Independencia nadie escucha sus pedidos para defensas ribereñas o limpieza de vertientes. La zona está llena de choferes que lavan sus carros en las orillas de Quilcay. Eugenia se siente tan abandonada como el río que se encuentra frente a su vivienda. A este lo llaman Paria.

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