La cordillera tropical más alta del mundo perdió el 22% de sus glaciares
Fuente: El Comercio Lima Peru 23:30 | La Cordillera Blanca peruana ha perdido sus nevados debido al calentamiento global, que ha acelerado su deterioro a razón de 20 metros de deshielo por año
(EFE).- La cadena tropical más alta del mundo,
la Cordillera Blanca en el Perú, ha perdido el 22% de sus glaciares en los últimos 30 años debido al calentamiento global, que ha acelerado su deterioro a razón de 20 metros de deshielo por año.
“Desde hace unos 30 años atrás se viene observando, de acuerdo a los estudios e investigaciones, un proceso muy acelerado del retroceso de los glaciares y, consecuentemente, la pérdida de sus masas”, declaró a Efe el director de la Unidad de Glaciología del Instituto Nacional de Recursos Naturales, Marco Zapata.
Perú tiene 18 cordilleras nevadas en todo su territorio, pero la cordillera Blanca, con picos por encima de los 6.000 metros de altura y ubicada en la región central de Áncash es la que tiene el mayor número de glaciares, además de ser la cadena tropical más alta y extensa del mundo, indicó el ingeniero geólogo.
Entre 1948 y 1976, el retroceso de los frentes glaciares era de 8 a 9 metros como promedio anual.
Sin embargo, entre 1977 y la actualidad el promedio subió hasta los 20 metros por año, señaló Zapata.
Por su parte, el director del programa Andino del Instituto de Montaña de Estados Unidos, Jorge Recharte, precisó que “en la Cordillera Blanca se ha perdido aproximadamente el 22% de los glaciares en los últimos 30 años”.
Sin embargo, la tasa de pérdida es variable, dependiendo del tamaño del nevado (cumbres con nieves perpetuas), y, por ejemplo, un nevado enorme como el Huascarán, de 6.700 metros de altura, va a demorar mucho en desaparecer, señaló Recharte a EFE.
El Huascarán, uno de los más bellos picos nevados de Perú, y otros que forman parte del circuito de andinismo en el país suramericano presentan cada vez más grietas y avalanchas, según han comentado los andinistas a Recharte en los últimos tiempos.
“Eso sí es efecto de que se va perdiendo consistencia de los glaciares: se empiezan a rajar y es más peligroso”, reconoció.
La última víctima del calentamiento global fue el conocido nevado de Pastoruri, de 5.240 metros de altura, muy visitado por turistas y amantes de los deportes en nieve, que el año pasado perdió la categoría de nevado y pasó a ser considerado una simple capa de hielo.
Otro glaciar de la cordillera Blanca, el Broggi, de 4.860 metros de altitud, desapareció en 2005 y otro de la misma cadena, el Yanamarey, de 5.200 metros, está experimentando un retroceso de 20 metros en su frente, dijo Zapata.
“Estimamos que en siete años también llegará a desaparecer”, anunció.
No obstante, el funcionario dijo que necesitan verificar la desaparición del llamado nevado Quilca, de 5.250 metros en la región de Puno, porque “no sabemos si realmente se trató de un glaciar o de una capa de hielo que ha durado un buen tiempo”.
Las imágenes del deshielo del Quilca fueron publicadas por diarios peruanos hace unos días y confirmada por el administrador técnico del distrito de San Antonio, donde se encontraba la cumbre.
Zapata explicó que ven “a los glaciares como reservas de agua dulce en forma sólida”, cuya desaparición o acumulación significa “una preocupación hacia el futuro”.
En opinión de Recharte, en esta etapa, con la pérdida de agua de los glaciares, “hay una relativa y temporal sobreabundancia de agua” y va a llegar un punto en el que se va a pasar la línea de equilibrio hídrico en los glaciares.
“Entonces, se derrite el glaciar, se forman lagunas y se incrementa el riesgo de que una de esas lagunas se reviente y creen catástrofes, como las que ocurrieron en la Cordillera Blanca en Yungay”, en 1970, cuando un terremoto aceleró el enorme deslizamiento de hielo que sepultó un poblado entero con sus 30.000 habitantes.
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