Hemos trajinado por un camino nostálgico, plagado de vicisitudes, algunas muy felices y otras de consternación y sufrimiento por las penas y dolores profundos que hieren el alma y desborda la ecuanimidad hasta provocar un llanto lastimero, sin posibilidad de consuelo.
Por: Ricardo F. Ramirez Cuentas
(HOyC) El 31 de Mayo del 2010, se cumple 40 años de ese fatídico Domingo, que a horas 3.25 de la tarde, ocasionó la catástrofe más desastrosa y triste de la historia de Huaraz, antes jamás registrada; con consecuencias indescriptibles, en lo económico, social y lo más trascendente: una población masacrada por el terremoto y aniquilada por la incomprensión y desidia de los que tuvieron la responsabilidad de atender la emergencia, la reconstrucción y la recuperación de la identidad de un pueblo que se ha distinguido siempre por su generosidad y sus valores morales que han sido siempre arquetipos de decencia, elegancia, orden y autenticidad. Para lograr esto se disponía entonces, de 54 mil millones de soles, procedentes de las donaciones internacionales, más las donaciones de hospitales, helicópteros, materiales de construcción, medicinas, ropas y otras propuestas, como la construcción de infraestructura turística que hizo el gobierno Australiano, con su Plan denominado “Tirol”, que fuera rechazado por el Gobierno Militar por considerarlo no prioritario.
Han transcurrido 40 años y es razonable hacer una estimación de los resultados, en forma objetiva. Es cierto que la temática abarca muchos escenarios, cada una con diferentes complejidades provenientes de sus propias características; debemos recordar que el grado de destrucción y devastación de los pueblos ancashinos fueron múltiples y de diferente grado, por esta razón, me ocuparé únicamente de HUARAZ, por conocerlo con mayor evidencia y por tener el privilegio de ser huarasino y sobreviviente de la hecatombe.
Con motivo de la reconstrucción de Huaraz, en la parte urbana, se convocó a las instituciones como el Colegio de Arquitectos del Perú, Empresas privadas vinculadas con la especialidad, arquitectos de renombre como el Arquitecto Santiago Agurto y otros procedentes del extranjero; con el objeto de que propongan “Los diseños arquitectónicos para la construcción de la nueva ciudad de Huaraz”. Con este motivo se convocó a la ciudadanía para recoger sus aspiraciones y propuestas para ser tomadas en cuenta como iniciativas y requerimientos de orden social y económico, ordenamiento urbano en función de la caracterización social y otros conceptos que deberían servir como orientación, como criterio o como soporte de orden intelectual, para ser tomados en cuenta.
Otra información importante que debería tomarse en cuenta, era el informe sobre el estudio y mecánica de suelos que estaba realizando el Organismo Regional con la participación de la Universidad Nacional de Ingeniería, instituciones vinculadas con el tema y la Embajada del Japón; para determinar científicamente las zonas vulnerables donde no se podía construir ningún tipo de infraestructura y menos construcciones de edificios públicos y viviendas para la población. Se trataba de un documento técnico, cuyas observaciones constituían normas de cumplimiento obligatorio.
Los proyectos técnicos propuestos por la Empresa Gunter y Seminario, la del arquitecto Santiago Agurto y la de los ProOrnatos; fueron los que ha criterio de la comisión designada, guardaban o tenía correspondencia con los anhelos de la población.
Esta comisión estuvo integrada, en su mayoría, por funcionarios públicos ubicados en los más altos cargos de la administración regional, lamentablemente ninguno era huarasino, hijo de huarasino o casado con una huarasina.
Concluido los informes sobre la “mecánica de suelos”, la comisión designada no se atrevió a publicarlo por razones desconocidas; fue la Embajada Japonesa , que por intermedio de un “experto” Don Julio Kuroiwa, miembro del equipo, de renombre internacional, se dio a conocer sus conclusiones, informando lo siguiente: que la área llamada del “casco urbano” era una zona de alta vulnerabilidad, por la inconsistencia de sus suelos, que no permitían construcciones de viviendas; pronunciándose en forma terminante sobre el asunto. El otro aspecto al que se referían era que la zona llamada del “cono aluviónico” era altamente peligrosa, de máxima vulnerabilidad y no propicia para la construcción de infraestructura. Esta fue la tercera advertencia que se mencionaba, en relación al lugar donde no debería construirse la nueva ciudad de Huaraz. (Mayor información sobre el tema, es comentada en mi libro SIN RETORNO, próximo a publicarse)
Este informe era de conocimiento no solo de las autoridades regionales, sino, también del Gobierno Central; en consecuencia, lo sensato, lo prudente, lo racional era suspender o anular la convocatoria para la presentación de los proyectos para la construcción de la nueva ciudad de Huaraz y realizar la convocatoria sujeta a las premisas restrictivas. Nada de esto sucedió.
El arquitecto Santiago Agurto, un señor profesional, que no necesita reconocimientos fáciles, acató las restricciones y formuló un proyecto, por su magnitud y capacidad creativa, simplemente espectacular. El proponía la construcción de la ciudad en “forma longitudinal”; tomaba como referencia las dos cordilleras que bordean el valle, la blanca y la negra, de tal manera que las construcciones se proyectaran a lo largo de su extensión, propiciando una especie de andenes, las que deberían constituir o formar plataformas de pistas de primer orden, para otorgarle un panorama de ensueño; es obvio que en el diseño estaban comprendidas las estructuras de edificaciones públicas, de servicios de expansión y entretenimiento de la población. Era un poema.
Los Pro-Ornatos de Huaraz, proponían que la ciudad debería construirse respetando su diseño, manteniendo las características estructurales vigentes antes del terremoto y las áreas destinadas a la delimitación de sus respectivas jurisdicciones, para posibilitar su vigencia y las características de su funcionamiento administrativo y social.
El proyecto de Gunter Seminario, propuesto como un diseño de incalculable valor arquitectónico, nutrido de los avances tecnológicos de última generación y que recogía los diseños aplicados en la construcción de nuevas edificaciones en el mundo, como los “condominios” que en ese tiempo constituía el ultimo grito de la moda y otros orientados a crear espacios tipo bulevares, para impedir el tránsito de vehículos y otras novedades orientados a crear una ciudad del Siglo 21. Esta propuesta fue rechazada por dos razones: la primera porque colisionaba con las conclusiones del informe sobre “mecánica de suelos” que la desfasaba totalmente, porque el diseño propuesto abarcaba toda la zona declarada de riesgo y alta vulnerabilidad; la segunda porque la población lo rechazó contundentemente, porque no recogía las demandas de los Pro- Ornatos que actuaba en su representación; además en el diseño se restringía el transito de vehículos por las principales avenidas que daban acceso a las plazoletas de los barrios; en forma similar en los accesos de la Plaza de Armas, desapareciendo prácticamente su presencia como tales.
En el transcurso de estos acontecimientos, la comisión encargada de seleccionar el proyecto ya había adelantado criterios pronunciándose a favor de Gunter Seminario; iniciándose un enfrentamiento abierto entre la población y los funcionarios de la región, que representaban los intereses de los militares integrantes del gobierno regional y del gobierno central. Como consecuencia de esta colisión de intereses, surgieron nuevas instituciones que agrupaban al pueblo como el Frente de Defensa de los Intereses de la Zona Afectada por el Sismo y por la otra parte el Sindicato de Vendedores de los mercados informales, que estaba constituido; por agrupaciones de comerciantes provenientes de otras ciudades, dirigidos por conocidos lideres del Partido Comunista, que eran pagados por el gobierno, constituyendo una plaga de mercenarios; estos respaldaban las propuestas del gobierno, que atendía sus demandas tildándolos como auténticos representantes de la población popular.
Como consecuencia de esta confrontación, la Empresa Gunter Seminario, modificó varios aspectos que eran propuestas de los Pro –Ornatos y del Frente de Defensa, como la apertura de avenidas de acceso a la Plaza de Armas y a las plazoletas de los barrios. Todo quedó consumado.
Se iniciaron las obras para construir la “Ciudad símbolo de la Modernidad ”, se procedió a expropiar todo el “casco urbano”, construyendo las viviendas “multifamiliares” al estilo Siglo 21, sin paredes medianeras; que en opinión de los auténticos huarasinos que fueron despojados de sus terrenos, para otorgarles en compensación, viviendas de 160 metros cuadrados , a lo que ellos llamaban peyorativamente como “las cajitas de fósforos”; era un abuso. La mayoría de la población damnificada rechazó estas viviendas y prefirieron abandonar la ciudad, ocasionando el abandono más dramático que registra la historia; recordando el éxodo bíblico; los que pudieron se fueron.
Esta inesperada situación fue aprovechada por los campesinos residentes de los alrededores de la ciudad (conocidas como las estancias) que hicieron prevalecer su condición de ciudadanos nacidos en la provincia de Huaraz, fueron reconocidos como damnificados y con derecho de asignarse una vivienda; es obvio, que hubieron otros beneficiados que se declaraban hijos, nietos, bisnietos, hijos políticos, compadres y otras afinidades de los fallecidos que fueron propietarios antes del terremoto; también hubieron aquellos que compraron derechos en forma fraudulenta con la complicidad de los funcionarios públicos.
Lo concreto es que este fenómeno dio nacimiento a una nueva correlación de núcleos sociales, de nuevas costumbres, se generó una multiplicidad de intereses, ocasionando lo más grave, lo más ruin para los intereses colectivos de Huaraz, se perdió “la identidad” de pueblo generoso, decente, ordenado y mas aún; si viviera en estos tiempos Don Antonio Raymondi ya no la llamaría “Huaraz Presunción”, sino, “Huaraz la Ciudad Perdida , abandonada y la más lumpenizada del Perú”. Han pasado cuarenta años después del sismo, la promocionada “ciudad símbolo de la modernidad” a resultado un fracaso de consecuencias impredecibles en diferentes aspectos: en lo económico, la informalidad predomina en todas las actividades, existen mafias que se han infiltrado en las organizaciones de vendedores minoristas, que se han adueñado de las calles adyacentes a los mercados de abastos; estos son los que propugnan enfrentamientos haciendo prevalecer el desorden, generando la acumulación de basura e inmundicias, creando una imagen de la ciudad francamente detestable.
En lo social, la pérdida de identidad de la población, de su idiosincrasia, ha propiciado variedad en las costumbres cotidianas; se ha producido un proceso de cosmopolitización, propias de grandes urbes, existen agrupaciones de residentes de diferentes partes del Perú, que vienen influenciando con nuevas formas de expresar sus valores representativos de carácter social y cultural. Los campesinos ahora festejan sus fiestas patronales bailando “la saya”, “la mulisa”, “la morenada”, “la diablada” “el yaraví”,etc.; está perdiendo presencia el huayno, la chuscada, el pasacalle; este es un fenómeno social de transculturación que requiere realizar acciones de afianzamiento de los valores autóctonos o se correrá el riesgo de perder los auténticos valores sociales y culturales que identifican a Huaraz.
Es conveniente comentar la ausencia de huarasinos que antes poblaban el casco urbano, según los comentarios que se divulgan, es porque no hay un lugar para encontrarse; antes del terremoto era la plaza de armas el lugar de concentración y de encuentro entre amigos y familias. La calamidad más expresiva, es que el Gobierno Militar, nos ha dejado como legado el “maravilloso proyecto de Gunter Seminario”.
Este proyecto es modificado constantemente; la primera modificación se realizó con la construcción de accesos vehiculares a la Plaza de Armas y Plazoletas de los Barrios; la segunda, el rechazo a la Catedral que se construyó, para proponer una más amplia, que para posibilitar su ejecución se tuvo que anular adjudicaciones de terrenos en el perímetro de la Plaza de Armas, ocasionando severas injusticias a beneficiarios con derechos adquiridos. Lo que queda de la anterior construcción de la Catedral , se comenta que el Obispo y sus adláteres pretenden hacer un oratorio adicional a la catedral, cuando debería ser destinado al Teatro Municipal; recordemos que el Consejo Provincial a destinado un terreno de más de ocho mil metros cuadrados, ubicado entre las avenidas Mariscal Luzuriaga y 28 de Julio, para construir el teatro municipal, lo que constituiría otro error más.
Otra falla de consecuencias dramáticas es que en el diseño arquitectónico no se atendió el requerimiento de los Pro-Ornatos, que tienen vigencia desde hace trescientos años, para que se respetaran sus delimitaciónes territoriales; este grave error puede generar la desaparición de estas instituciones ancestrales. Como la plaza de armas ha sido modificada, ahora las construcciones de los edificios del Poder Judicial, la Casa de la Cultura y el Museo Regional, han resultado “elefantes blancos” que distorsionan la dinámica social del pueblo; en las noches nadie concurre a la plaza, porque mencionan “que no hay nada que ver y no hay la posibilidad de encontrarse con huarasinos”; como son oficinas públicas, desde las 6 pm., se encuentran cerradas.
En todas las ciudades con vocación turística, la Plaza de Armas o como también la conocen como la Plaza Mayor en otros localidades, es el lugar mas acogedor, con mayor dinámica de desplazamientos de la población visitante, porque es razonable considerar que se trata del lugar donde se puede hallar con mayor nitidez las expresiones propias de la ciudad, de su gente y de todo lo que lo caracteriza.
En otras palabras, es el lugar considerado como un símbolo, como la sala principal de toda residencia, es el lugar más importante de la ciudad.
En nuestro caso, el diseño no ha considerado estas expectativas a mediano y largo plazo; se ha privilegiado el genio creador inmediatista de la empresa Gunter-Seminario en cuya creación jamás se tuvo en mente el “Objetivo Imagen a Largo Plazo”, no se proyectaron al futuro; no se propusieron la interrogante ¿hacia donde se orienta el futuro de Huaraz?. Ahora, que tenemos una plaza de armas sin vida, sin actividad económica ni social, se pretende añadir un elefante blanco más con la construcción del Teatro Municipal en el lugar donde se puede canalizar el funcionamiento de un Centro Comercial, con inversiones privadas; para recuperar en parte la dinámica económica y social de la plaza de armas y devolverle a los huarasinos de un lugar de encuentro, de esparcimiento, de añoranza y trato fraternal.
Se seguirán haciendo modificaciones, por ejemplo el mercado central, hace mucho tiempo que ha rebasado su aforo, es la razón por la que proliferan comerciantes informales en su entorno; no se tuvo en consideración el incremento de la población; ahora como medida paliativa se esta construyendo el mercado de la Av.Confraternidad -Norte, para retirar a los ambulantes que pululan en la Av.Raimondi ; otro mercado se ha habilitado en la parte del Pedregal Bajo, mas conocido como “challhua” para ubicar a comerciantes mayoristas y vendedores de animales menores de la feria de los días ”jueves”; otros mercados habilitados de emergencia son los ubicados en el Pedregal Alto y en las instalaciones que se destinó al funcionamiento del Centro de Capacitación Laboral, que ya no existe; por último se pretende ubicar a los comerciantes informales del “Río Quilcay” en las instalaciones del “Campo Ferial de Quinuacocha” retirando a los “morocos” del ejercito que lo vienen ocupando indebidamente. La interrogante que nos formulamos es ¿los diseñadores de la ciudad de Huaraz, no estimaron su crecimiento poblacional?; ¿corresponde acaso realizar o promover un replanteamiento del diseño de toda la ciudad?; es decir, contar con un nuevo Plano Regulador, acorde con las demandas de una ciudad colonial, como es Huaraz, con más de 400 años de existencia, tomando en cuenta las recomendaciones sobre su ubicación y acondicionando su infraestructura a los requerimientos de los sectores productivos.
Indudablemente hay mucho por hacer, surge inevitablemente la interrogante ¿quienes lo van hacer?; ¿acaso los que tenemos responsabilidad por ser huarasinos de ancestros, nos hemos preocupado por estos temas?; ¿nuestros hijos están motivados para retomar la iniciativa de emprender una nueva etapa para reconquistar nuestra tierra?; creen Uds, ¿que los actuales moradores están motivados, más aún, identificados con la historia y la conservación de sus valores autóctonos para devolverle su verdadera “identidad”?; este racimo a manera de interrogantes nos devuelve a la realidad; estamos al borde de precipitar la desaparición de Huaraz, como ciudad generosa, colonial, históricamente combativa por las causas de la patria y eternamente bendita, porque siempre se levantó sobre sus escombros..
Se estima que después del terremoto abandonaron Huaraz, un aproximado de setenta mil huarasinos, que emigraron a Lima, Trujillo y Chimbote principalmente; este contingente ha dejado una brecha poblacional que ha sido cubierto por grandes desplazamientos provenientes de diferentes sectores sociales y económicos, con diferentes niveles de educación, cuya mayoría, lamentablemente, no siendo proveniente de otras provincias ancashinas, sino, de “una población errante dedicada al comercio informal”, han propiciado un cambio traumático en el espectro social, constituyéndose en “bolsones de lumpen”, degradando la calidad de vida de la población, postrando a la ciudad en un escenario intolerable, donde no se puede encontrar rasgos de comportamiento y gestos de urbanidad.
Es indudable que la hermosa ciudad que conocimos y disfrutamos antes del terremoto, es ahora una quimera que alimenta vagamente nuestros recuerdos; particularmente, me siento impotente para canalizar algún esfuerzo que contribuya a superar esta amarga desdicha; así como yo, estoy seguro que muchos compartirán conmigo este sentimiento de frustración. No estoy expresando una disculpa a manera de mitigar mis penas; tampoco es una justificación para quedarnos inertes, y quedar complacidos porque esa impotencia a la que hago referencia, nos ha desfasado en el tiempo y del lugar; cualquier esfuerzo que hagamos, lamentablemente se pierde en el confín de la indiferencia de aquellos que no son huarasinos y disfrutan de nuestro terruño como si fuera su Edén.
En este escenario de limitaciones, surgen mis recuerdos como poderosa nostalgia de aquellos momentos de inmensa felicidad que disfruté al lado de mis tres hijos fallecidos; de la amistad de entrañables personajes que me brindaron la oportunidad de gozar a plenitud los parajes, los paisajes, la dulzura del campo, la pulcritud de las aguas cristalinas de los ríos y del aire puro que inhalábamos; y gozar de la expresión de su sincera amistad, que me brindaron sin límites ni condiciones.
Los diferentes pasajes costumbristas de la población, que le otorgaron a nuestra ciudad el reconocimiento como una Villa generosa de autentica prosapia colonial.
Las vivencias cotidianas, de rutina social que amigos de diferentes grupos disfrutaban en sus coloquios de barrio, sus fiestas patronales, deportivas y aquellos aventureros audaces como la de los “timberos” del Bar de Nagayoshi o como las noches de música, de esparcimiento y tertulia amical del señorial Club Huaraz.
Las tradicionales fiestas del “carnaval”, llenas de colorido popular y las elites de antaño coronando a sus Reynas en los principales cines de la ciudad.
La “Semana Santa”, histórica y bella herencia de los “Andaluces” que se mantiene incólume en el tiempo, reverenciada y admirada por propios y extraños.
El lento proceso de la desaparición de los Pro-Ornatos en su protagonismo directoral en la limpieza y ordenamiento de los “barrios”.
Los “conjuntos musicales” de los barrios y las serenatas románticas que deleitaban a las hermosas “chiquillas” como una promesa de amor, en esos tiempos en que los poemas eran los medios para comunicarse, entre enamorados.
Las contiendas de peleas de gallos, tradicionales y de arraigo elitista, desde tiempos aurorales; las carreras de caballos, que convocaba a las personalidades más importantes del País, en aquellas épocas al inicio de la República.
Los personajes folklóricos que divertían a la población con sus ocurrencias hilarantes y pasajes anecdóticos que forman parte de nuestros recuerdos de juventud.
Las actividades institucionales que realizaba el Club de Leones de nivel internacional, los clubes deportivos y sus más genuinos representantes en las diferentes disciplinas deportivas, como la práctica del Tiro con armas de guerra.
Las actividades de Rolando Tarazona Soto, llenas de entusiasmo, auténticos, y anecdóticos. De aquellos hombres que han dado prestigio y que han cubierto con honor en su trajinar en las sendas del “Periodismo” probo, inteligente y objetivo de Huaraz. Todo esto y miles de recuerdos que forman parte de nuestro patrimonio, en cada uno de nosotros; constituyen imágenes grabadas con inmenso amor y nostalgia, porque sabemos que jamás volverán a repetirse.
Hemos trajinado por un camino nostálgico, plagado de vicisitudes, algunas muy felices y otras de consternación y sufrimiento por las penas y dolores profundos que hieren el alma y desborda la ecuanimidad hasta provocar un llanto lastimero, sin posibilidad de consuelo. Son los pasajes inevitables que tenemos que recorrer en este valle de lagrimas; pero siempre fortalecidos por esa sangre genuina que corre por nuestras venas, fruto de un mestizaje que ha creado una raza, una etnia que es capas de soportar las catástrofes destructivas y letales, con la misma pujanza de levantarse con hombría de sus escombros y estar atentos para tomar las armas cuando la Patria lo demande. Este camino que hemos trajinado, seguirán recorriéndolo las nuevas generaciones, tienen un derrotero ya conocido; para nosotros los que fuimos protagonistas de estos avatares, es un camino SIN RETORNO.
2 comentarios:
Ricardo, es una lástima que te rindas sin haber empezado, lo que dices:"me siento impotente para canalizar algún esfuerzo que contribuya a superar esta amarga desdicha" es porque no te has liberado del ropaje político que te apriciona, liberate y podrás actuar como cuando fuimos niños, es dificil de avanzar, pero se puede aunque lentamente. LADE
RICARDO,MIL GRACIAS POR TODO LO ESCRITO,TIENES TODA LA RAZON DEL MUNDO,PERO LOS VERDADEROS HUARACINOS ALGUNA VEZ VOLVEREMOS PARA HACER DE UNA FRASE QUE SE LA ESCUCHE AL PRESIDENTE BELAUNDE,PERO QUE AHORA LA DIGO DE ESTA MANERA:
"LA CONQUISTA DE HUARAZ POR LOS HUARACINOS",NO NOS DEJEMOS VENCER,HUARAZ SIEMPRE SERA LA NOBLE Y GENEROSA,LA SUIZA PERUANA Y SOBRE TODO LA PRESUNTUOSA...NUESTRO HUARAZ QUERIDO.
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