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jueves, 11 de febrero de 2010

Ancash, responsabilidad social

Así empresa privada, poder político, medios  de comunicación y ciudadanía en mayoría no  cumplen con el precepto de responsabilidad social en justicia, entendida como  fin de todo ciudadano,  último deber en su búsqueda de realización plena como persona.
ancashnoticias.com Publicado el 11/02/2010
Por Jedidio García Alamo (*)
En las últimas  semanas se han dado a debate dos temas de interés local y regional: el tema de la demolición del Hospital de Huaraz y la firma del convenio del presidente regional y los alcaldes de Ancash  con  la minera  Antamina. Por los dos,  con sus  diferencias de formas y de fondo, se constata en la región muchos  intereses que muestran  claramente, nuestra falta de madurez e irresponsabilidad social de los ancashinos y  la falta de responsabilidad social de parte de la minera.

En el caso del Hospital no se ha dado muestras de diálogo y de un  debate técnico y transparente  o de un fórum oficial, (no bastó el organizado por el  Colegio de Ingenieros de Huaraz), abierto a la sociedad civil que hubiese convocado a  ambas partes y sin el protagonismo de gremios y rostros conocidos de la política, que en vez de sumar restaron.  Este fue un factor  porque parte de la ciudadanía no apoyó el paro. Así el  hecho de que haya malestar  de una gran parte de la población  expresado en la última  manifestación de reclamo, (al margen de que haya sido exitoso un paro o no), convoca  ya a una mesa de concertación  y diálogo y  no a la intolerancia, insultos,  amenazas y desdén de las partes.

Igual respecto al segundo tema, no hubo un serio debate a la reducción drástica  del Canon Minero, el que ya es muy cuestionado por la abismal diferencia de cifras. Así mitad del Impuesto a la renta(IR) de 270 millones de dólares, de una ganancia neta de 6,620  millones de dólares  en los cuatro últimos años que ganó la mina,  135 millones de dólares  correspondían a Ancash anualmente,(ya no las recibirá), región más rica y que ocupa uno de los últimos lugares a nivel nacional en capacidad de  gestión  en proporción a su  gasto de presupuesto , no así a la cantidad. Sólo recibirá por la ligereza del convenio 24 millones de dólares   anuales por tres años y en forma de “compensación” a las municipalidades, es decir  que los gobiernos locales estarán sujeto a la “voluntad “ de la empresa minera, si da o no el dinero,  restando su labor ejecutora y política  a las municipalidades y dándole un gran margen de poder político a una empresa privada que reclama también por justicia, por  la pobre gestión ejecutora de la mayoría de la municipalidades,(no hacen obras) . Por lo demás esta última semana  doce alcaldes han firmado un convenio en este año de  elecciones  de recibir la misérrima suma de un millón de soles (350 mil Dólares) para el  presente año.       

Esto suma la falta de capacidad de negociación de la región y los alcaldes con la empresa minera que debió de solventar la “compensación” que técnicamente  muestra un gran desbalance. En un principio el  presidente  de la región al margen de atacar a la minera  debió de buscar diálogo con asesoría profesional y capaz y no firmar con la minera y el gobierno central en nombre de los ancashinos un acuerdo apresurado desmedido  en desmedro de la mayoría de pobres de Ancash, donde  se ubican cinco provincias como los más pobres del Perú junto a Cajamarca y el trapecio andino.

Los temas de  inclusión, participación ciudadana, democracia, tolerancia en sus diferentes ámbitos caen al vacío frente al tema de la responsabilidad social de parte de los ejecutores tanto de la empresas como el poder político central y regional  y sus ciudadanos. Estos últimos cansados de lo mismo hastiados de escuchar el pésimo estilo y poco objetivo de los medios de comunicación cuyo periodismo en mayoría,  de manera sospechosa en la región,  ha tomado abierto partido por uno u otra opción. Algunos de manera intolerante se han desprestigiado como comunicadores y desprestigian el deber  social de comunicar  y formar opinión responsable, al extremo de perder sintonía. Desprestigian el quehacer político  honrado y de servicio ético que  reclama.

Así empresa privada, poder político, medios  de comunicación y ciudadanía en mayoría no  cumplen con el precepto de responsabilidad social en justicia, entendida como  fin de todo ciudadano,  último deber en su búsqueda de realización plena como persona. Extiéndase  responsabilidad como solidaridad  con los nuestros en, los y, por los demás  y que tenemos el deber de acrecentarla afirmándola  como un valor, y como dijo el poeta aunque  seamos” pocos pero somos”. 
 (*) Docente de Filosofía.

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