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domingo, 6 de diciembre de 2009

Más énfasis en educación, infraestructura y ambiente

Finalmente, es imprescindible afirmar la institucionalidad democrática, así como un sistema político estable que garantice la seguridad jurídica y la paz social. No solo hay que fijar y respetar las reglas de juego sino también asegurar niveles óptimos de predictibilidad a los agentes económicos y la ciudadanía en general. No hay desarrollo sin inversiones y no hay inversiones sin confianza en el país.

EDITORIAL

Fuente: elcomercio.pe Domingo 6-12-2009

Según el último informe del ránking Doing Business del Banco Mundial, hemos subido del puesto 65 al 56 (el segundo país en mayor avance de la región, detrás de Colombia), lo que significa que ahora es cada vez más fácil hacer negocios en el Perú.

Es una buena noticia, compatible con la positiva curva de crecimiento económico y recepción de inversiones de los últimos años. Sin embargo, aceptado ello, es también evidente para los peruanos que nos queda mucho por hacer para afirmar esta tendencia de crecimiento y consolidarnos en la ruta del desarrollo que beneficie a las mayorías.

Efectivamente, el ránking que evalúa las ventajas y trabas que ofrece un país a los inversionistas que desean abrir nuevos negocios resulta una manera de medir la competitividad. Así, se monitorea desde el tiempo que toma conseguir una licencia en un municipio, las dificultades para tributar y acceder al crédito, proteger al inversionista y liquidar una empresa, aspectos en los que el Perú es aún deficitario.

Al respecto, es saludable que el ministro de Economía, Luis Carranza, haya anunciado la voluntad del Gobierno de mantener los niveles de inversión pública entre 6% y 7%, además de acelerar la transferencia de recursos a las municipalidades, siempre y cuando estos cumplan metas objetivas en su ámbito.

¿Es esto suficiente? Pues no. Como coinciden Carranza y el renombrado economista estadounidense Michael Porter, el riesgo de que se revierta lo avanzado persiste como una espada de Damocles en tanto no se asegure la sostenibilidad del modelo económico. Es urgente y necesario generar las capacidades para que el Perú pase de tener un sistema de crecimiento económico basado en las exportaciones primarias, principalmente mineras, a uno que ponga énfasis en la producción de bienes con valor agregado.

Pasar a la nueva etapa de generar más valor implica tomar decisiones trascendentales y firme voluntad política. Ante todo tiene que invertirse en capital humano a través de educación, innovación e investigación, como lo han hecho los países del primer mundo. Se trata no solo de satisfacer un derecho humano básico a la educación universal, en lo que el Estado no puede eludir su responsabilidad, sino también de formar técnicos y profesionales competentes que se integren al engranaje de la producción y la competitividad.

Asimismo, para dar el salto cualitativo hacia el desarrollo el Estado debe orientar la inversión pública a reducir el déficit de infraestructura, equivalente a unos 30 mil millones de dólares, que dificulta la integración, la comunicación y el dinamismo económico. En ello es importante promover la participación del sector privado, a través de concesiones y asociaciones público-privadas.

Otra condición indispensable para el desarrollo sostenible es la implementación de políticas que integren la responsabilidad social y la preocupación por el medio ambiente. En la víspera de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Copenhague, este es un tema fundamental vinculado al crecimiento económico que pone en entredicho los modelos de desarrollo y afecta la misma supervivencia de los países.

Finalmente, es imprescindible afirmar la institucionalidad democrática, así como un sistema político estable que garantice la seguridad jurídica y la paz social. No solo hay que fijar y respetar las reglas de juego sino también asegurar niveles óptimos de predictibilidad a los agentes económicos y la ciudadanía en general. No hay desarrollo sin inversiones y no hay inversiones sin confianza en el país.

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