Siempre por Huaraz
Esta artística y preciosa imagen, inspira respeto y admiración, está entronizada en una urna de tres metros con cincuenta centímetros de alto, por dos metros con sesenta centímetros de ancho, cubierta de vidrio de un sólo cuerpo; se trata de una imagen primorosamente tallada, se afirma que es copia fiel del Señor de Burgos de Barcelona (España); esta clava sobre una cruz de cedro, con clavos de plata engastados con piedras preciosas, cuya venerable cabeza sangrienta coronada de espinas se inclina lánguida hacia el lado derecho; de ojos moribundos, empapados de sangre y lagrimas; sedientos e inertes; cabellos polvorientos y disgregados; la boca entreabierta como para dejar escapar una última palabra de congoja y dolor; las manos y los pies traspasados de duros clavos empapados de abundantísima sangre; el cuerpo ligeramente inclinado, como haciendo resistencia al impulso de un supremo dolor; las venas abultadas por las convulsiones de la muerte cruel; su divino costado manando sangre a torrentes. Todo en conjunto refleja dolor, angustia, aflicción y muerte. ¡Padre mío perdónalos, porque no saben lo que hacen!.
La milagrosa escultura del Señor de
Dada las condiciones de comunicación imperantes, las lentas gestiones de autorización, entronización y demás trámites eclesiales de la época, durante todo ese tiempo se fue gestando el culto al Señor de
Para mayores reseñas, La venerada imagen, ha sido restaurada en varias oportunidades, por los años treinta (30), por el escultor yungayino don Félix Chávez; en 1963 después del incendio, donde feneció trágicamente el señor Alcalde de la ciudad, Dr. Moisés Castillo Villanueva, siendo restaurado por dos (2) artistas españoles; luego después del sismo fue restaurado por el señor Fortunato César, quien revela que esta bellísima imagen data del año de 1720, tallada en maguey y otras maderas de una liviana contextura; esto nos indica tácitamente que, luego de 51 años después de la organización de
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